PIERDE PESO USANDO LA BIOMETRÍA

La pérdida de peso y el ponerse en forma está de primero en nuestra la lista de deseos. Para lograrlo lo hemos intentado todo, desde aplicar métodos drásticos hasta creer en los mayores mitos sobre la pérdida de peso.  Ahora es el momento de convertir a la tecnología comprobada, y respaldada por la ciencia, en nuestra aliada más fuerte en la batalla contra la grasa. ¿Pero cómo?

La biometría es que está muy de moda y que en los últimos años ha causado furor en el mundo del fitness. Sin embargo, la información que los cronometradores de fitness y elementos tecnológicos que puedes vestir nos proporcionan hoy en día, apenas arañan la superficie de una enorme cantidad de data que puede ser revelada a través del uso óptimo de este tipo de tecnología.

La biometría ha recorrido un largo camino desde que se descubrió sus ventajas en los años 80. Desde la identificación de las huellas dactilares de los delincuentes en la escena del crimen y el poder almacenarlas y compararlas con las existentes en los registros.

Esto preparó el camino para que la biometría se incorporara a la industria de la seguridad, para controlar el acceso a cualquier cosa, desde cajas fuertes hasta salas de reuniones y hogares. La biometría básica, como el escaneo de huellas dactilares, se ha entrelazado tanto en nuestras rutinas diarias que encontrar hoy en día un teléfono móvil de gama media que no incorpore un escáner de huellas dactilares es la excepción y no la regla.

Los bancos y otros servicios financieros también usan la biometría para identificar de manera exclusiva a una persona y permitir el acceso a sus cuentas. Además, varios países del mundo han adoptado por esta tecnología en la forma de escáneres de huellas dactilares y de retina, para crear su base de datos de censos de población local y servicios.

Sin embargo, las maravillas de la biometría no terminan ahí. Cuando la tecnología se ramificó hacia la industria del fitness, recolectando y analizando datos biológicos tan básicos como tu ritmo cardíaco en reposo y compararlo con el resultante de una carrera o una sesión de ejercicio, o también guardando informaciones más complejas como el análisis de tu estado de salud a través de pruebas de sangre y ADN.